domingo, 20 de abril de 2014

LOS SOBONES NO AYUDAN PERJUDICAN
El sobón (también llamado “franelero” o “chupamedias”), es quien adula a una o varias personas exagerando sobre su vida, sus pasatiempos, cuánto gana, en qué trabaja, etcétera, obviamente para un beneficio personal. A estas lacras sociales, no les importa lo grande que sea la mentira porque saben que van a recibir un buen trato por todo lo que hablan.
Aparentan ser personas normales, fungen de tener conocimientos y capacidades, pero tienen un patrón de comportamiento sin valores ni ética.
Son serviles con el poder, no cuestionan una orden así ésta no sea correcta, así dañen a otros. A estos sólo les importa satisfacer el pedido del “amo”.
¿Y qué se requiere para ser un sobón? No tener valores ni respeto por uno mismo y un egoísmo desmedido. Ello le sirve para siempre estar pegado como sanguijuela a quien verdaderamente representa lo que él nunca podrá ser.
Pero lo peor de todo es que están a nuestro alrededor, fingiendo ser amigos. Pueden ser hombres, mujeres, jóvenes, viejos, delgados, gordos, altos o bajos.
Más claro ni el agua, los sobones no ayudan en nada, por el contrario perjudican. Las empresas y principalmente los gobiernos deben deshacerse de este tipo de personas que son una especie de corruptos, quieren “llevársela” fácil.

En las instituciones abundan estos personajes y son aborrecidos por todo el personal tienden a decir si a todo  lo que el jefe o a jefa diga, como el famoso “Chi cheñó”. Reciben permisos, tratos privilegiados, haciendo gala de un supuesto poder. El sobón siempre es un genuflexo ante el poder de turno.

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