LOS COLEGIOS PRE-UNIVERSITARIOS O ACADEMIAS
La crisis educativa que por muchos años viene atravesando el país es el reflejo de una sociedad con serios problemas en todos los aspectos. Ello como consecuencia de un estado ineficiente, desorganizado y burocrático, con gobiernos que nunca se han preocupado con seriedad del tema educativo.
Aprovechando esa seria falencia ha aparecido en estas 3 últimas décadas las “academias pre-universitarias” que han servido de puentes o nexos entre la educación básica y la educación superior. Estas academias formalmente no existen dentro de la estructura del sistema educativo peruano, sino, son una “creación peruana” fruto de la necesidad de complementar algunos temas no tratados en la educación básica. Han sido en la mayoría de los casos rentables pero hace una década muchas academias han dado el “salto” a la formalidad convirtiéndose en colegios y otros han logrado crear su propia “universidad” formando consorcios educativos. Algunas han cumplido eficientemente su trabajo en lo que es preparación o adiestramiento para el ingreso a la universidad pero no estrictamente educaban. Ese mismo sistema de adiestramiento, atiborración y saturación de conocimientos sin significado y pertinencia con la realidad del educando, está siendo llevado por algunas academias a la educación básica.
Por ello es necesario dar a conocer los objetivos de la educación básica en el Perú:
a) Formar integralmente al educando en los aspectos físico, afectivo y cognitivo para el logro de su identidad personal y social, ejercer la ciudadanía y desarrollar actividades laborales y económicas que le permitan organizar su proyecto de vida y contribuir al desarrollo del país.
b) Desarrollar capacidades, valores y actitudes que permitan al educando aprender a lo largo de toda su vida.
c) Desarrollar aprendizajes en los campos de las ciencias, las humanidades, la técnica, la cultura, el arte, la educación física y los deportes, así como aquellos que permitan al educando un buen uso y usufructo de las nuevas tecnologías.
Estos objetivos en muchas instituciones educativas denominadas “centro-preuniversitarios” o ahora camufladas como “colegios - academias” no se cumplen. Ya que el objetivo fundamental en el que basan todo su trabajo educativo es el ingreso a la “universidad”. Si evaluáramos rigurosamente a estas instituciones mediante ese objetivo, la mayoría sería un fracaso, ya que no lograrían ni el 50 º/º de sus alumnos egresados ingresar a las universidades. La viveza criolla del marketing hace que publiciten solo los que ingresaron, y si es en los primeros lugares; mejor, no “importándoles” los frustrados no ingresantes.
Por otro lado el ingreso a las universidades no es ya como hace algunas décadas, donde la competencia era realmente reñida y las opciones educativas para postular eran escasas, hoy lamentablemente la calidad del sistema universitario está deteriorada. Hoy existen más de 100 universidades en el país y todas ellas mediocres o mejor expresado: solo sirven para el medio; ya que internacionalmente no existen (Ranking mundial
de Shanghái y otras mediciones actuales). Ninguna universidad peruana figura entre las 500 mejores del mundo, y a nivel latinoamericano ninguno figura entre las 100 mejores. Debido a su sistema anacrónico y la sobreoferta educativa, hace que pierde calidad en los servicios que prestan. Los ingresos a las universidades han cambiado, en muchas de ellas hacen una “simulación” de examen de admisión y todas tienen su ”pre”, es decir, no hay la rigurosidad del ingreso y por ello casi todos los postulantes ingresan. Hoy lo educativo es vencido por lo comercial y la educación superior más que educar es un negocio lucrativo. Los resultados son: profesionales incultos, no competitivos, no investigadores y en muchos casos mediocres.
Además de incumplir con los objetivos que demanda la Ley General de la Educación los “colegios-academias o pre-universitarios” con el sistema empleado llegan a convertir a sus estudiantes en “alumnos-robots” donde educar significa hacer a los alumnos máquinas de datos sin formar alumnos críticos, reflexivos y capaces de transformar la realidad en la que se encuentran.
Muchos padres son sorprendidos por los “colegios academias” debido a su ignorancia o desconocimiento del sistema, matriculan a sus hijos pensando que sus potencialidades se "van a desarrollar al máximo", hasta aquí todo parece correcto, porque todos los padres deseamos una buena educación para nuestros hijos; sin embargo, hay inconvenientes, ¿Realmente preparan dichos colegios a nuestros hijos para ser útiles a la sociedad?¿Educan para la vida?¿Forman integralmente a los niños?¿Qué pasará con los alumnos que no pueden ingresar a la universidad?¿Qué pasará con los alumnos que desean ser técnicos calificados?¿Un egresado de estos centros tendrá una competencia laboral básica para ser productivo en la sociedad?, vale decir, les sirve realmente la educación que se les brinda en dichos centros de estudios, para la vida en sociedad. Estas instituciones educativas solo buscan adiestrar a los alumnos con miras a un ingreso universitario, descuidando la verdadera función que tiene el colegio: formar y orientar a los niños durante su crecimiento. Estos modelos educativos del siglo pasado descuidan aspectos básicos como la formación cientifica (laboratorios de ciencias) la educación física (muchas carecen de infraestructura deportiva y recreativa), las artes (danza, música, teatro), la cultura (visitas de estudio, juegos florales, certámenes literarios), formación laboral y el deporte. En estos modelos todo es conocimientos, datos, cifras y fechas. No teniendo en cuenta que los conocimientos tienden a la obsolescencia; es decir cambian, lo que implica dar herramientas cognitivas y valorativas a los estudiantes para que construyan conocimientos, descubran sus talentos, sepan buscar y seleccionar información. Donde la actividad cognitiva, reflexiva y metacognitiva prime sobre la memorización.
Si tomamos en cuenta el fracaso del sistema universitario, entonces en consecuencia los que forman solo con el objetivo del “ingreso a la universidad” estarían condenando a una generación a la mediocridad, frustración y el fracaso. Finalmente los padres de familia debemos analizar y elegir la mejor opción educativa para no fabricar “pre-robots”.
