CRÓNICA TRANSPORTISTA
Quienes a diario nos movilizamos por diferentes lugares de la gran Lima hemos podido ver personajes singulares en las esquinas de muchos paraderos dando información a los choferes sobre temas que para muchos es ininteligible, es decir no podemos entender los códigos o mensajes que se envían. Esto va combinado con una jerga muy bien estructurada y “universalizado” en todo el transporte metropolitano. Estos dateros dicen estas famosas palabras: 3, 4, 3 adelante, esto es nada más y nada menos que el tiempo. Es decir lo que los diferencia de la otra combi de la misma línea o de una unidad enemiga de la misma ruta. Esto le permite al conductor:
1) Si está muy cerca de su rival más próximo, acelerará para ganar a su oponente en la lucha por arrebatarle pasajeros y no ir vacío. Esta aceleración muchas veces es de competencia automovilística; no importándole los pasajeros.
2) Si la unidad ya se encuentra bastante lejos como para alcanzarla, desacelerará especulativamente esperando que un nuevo ciclo natural renueve a los pasajeros en las esquinas. Comienzan a “hacer hora” en los paraderos y semáforos para distanciarse de la otra unidad y “demorar” para conseguir pasajeros. El datero es un hombre-radar porque además informa a los tripulantes de la combi donde está haciendo operativo la policía nacional. Estos dateros se acercan a las unidades, lanzan un velocísimo informe y reciben 20 céntimos por ello. Para muchos; información es poder y los transportistas “matan por obtenerla”
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