LOS SOBONES NO AYUDAN
PERJUDICAN
El sobón (también llamado
“franelero” o “chupamedias”), es quien adula a una o varias personas exagerando
sobre su vida, sus pasatiempos, cuánto gana, en qué trabaja, etcétera,
obviamente para un beneficio personal. A estas lacras sociales, no les importa
lo grande que sea la mentira porque saben que van a recibir un buen trato por
todo lo que hablan.
Aparentan ser personas
normales, fungen de tener conocimientos y capacidades, pero tienen un patrón de
comportamiento sin valores ni ética.
Son serviles con el
poder, no cuestionan una orden así ésta no sea correcta, así dañen a otros. A
estos sólo les importa satisfacer el pedido del “amo”.
¿Y qué se requiere para
ser un sobón? No tener valores ni respeto por uno mismo y un egoísmo desmedido.
Ello le sirve para siempre estar pegado como sanguijuela a quien verdaderamente
representa lo que él nunca podrá ser.
Pero lo peor de todo es
que están a nuestro alrededor, fingiendo ser amigos. Pueden ser hombres,
mujeres, jóvenes, viejos, delgados, gordos, altos o bajos.
Más claro ni el agua, los
sobones no ayudan en nada, por el contrario perjudican. Las empresas y
principalmente los gobiernos deben deshacerse de este tipo de personas que son
una especie de corruptos, quieren “llevársela” fácil.
En las instituciones
abundan estos personajes y son aborrecidos por todo el personal tienden a decir
si a todo lo que el jefe o a jefa diga, como
el famoso “Chi cheñó”. Reciben permisos, tratos privilegiados, haciendo gala de
un supuesto poder. El sobón siempre es un genuflexo ante el poder de turno.
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